Con Benjamín estamos distanciados, en crisis.

Cuando hace una pausa en la producción y mira las fotos, ella misma es la primera en sorprenderse. Pero no la única. Su manager se sale de la vaina por lo qué está viendo: “Mery, ¿por qué nunca te vestís así?”. Y María del Cerro (23) se da cuenta de que la adolescente ya no puede impedir más que florezca la mujer. “Me veo mucho más grande que el año pasado. No sé, será por el maquillaje. Tengo 23 años, pero la gente me dice que parezco de 19 o 20. Y el mercado también cree lo mismo, porque sigo haciendo campañas de marcas para adolescentes. La verdad, me atemoriza un poco crecer. Es como que en el fondo quiero seguir siendo chica”, se confiesa la modelo y actriz de la agencia Chekka, toda una femme fatale en potencia.

Surgida del Súper M 2002, María dio sus primeros pasos en el modelaje. Para ella era un mundo nuevo, que de ninguna manera colmaba sus expectativas. “Empecé y trabajé bastante, pero sin matarme. Me atraía más la actuación. Justo en esa época se había instalado el prejuicio de las modelos que querían ser actrices. Y me inhibí, hasta llegué a entrar en crisis. No quería que me tomaran como una intrusa. Entonces comencé a estudiar teatro, y llegó mi primera oportunidad de hacer tevé en ‘Romeo y Julieta’. No nos fue bien con el rating, pero como aprendizaje me sirvió muchísimo.”

Agradecida por la experiencia, un compañero de esa tira la tentó para sumarse a una obra de teatro under, “Pelota y paleta”. Y lo que empezó como un simple reemplazo terminó por hacerle descubrir su vocación: “Se dio algo increíble. Con ellos terminé la obra haciendo un personaje que no tenía nada que ver conmigo. Pude jugar a diferentes cosas, me dio entrenamiento y conocí otro lado de la actuación. Nuevamente me sorprendí de mí misma, y al poco tiempo se da lo de ‘Casi ángeles’. Imaginate, yo que siempre admiré tanto a Cris Morena, que miraba desde abajo éxitos como ‘Chiquititas’, de repente me encuentro con semejante posibilidad.”

Siempre identificada por su romance con Benjamín Rojas (23), la buena noticia laboral no tuvo tanto eco en lo sentimental. Porque a medida que encontraba su lugar como actriz, afloraban algunas diferencias con el actor, instalado ahora en Nueva York por un curso de perfeccionamiento. “No estamos pasando por un buen momento. Son tres años y ocho meses de estar juntos, y nada. Estamos distanciados, en crisis, o como quieran llamarlo. Es algo que pasa en cualquier relación. Necesitábamos tomarnos un tiempo, y justo se dio por el viaje forzado de él. Pero no está todo terminado, ¡eh! A pesar de las distancias nos queremos mucho, y seguimos hablando todo el tiempo por Messenger”.

–¿Buscó las causas del impasse?

–Hoy, los dos estamos parados en proyectos importantes. Yo enfocada en el teatro y las grabaciones, y él en los Estados Unidos, muy metido en un proyecto. Sabemos que estamos en un ambiente difícil, donde hay que manejar muchas situaciones.

–¿Es tan malvada María del Cerro como la “Melody” de “Casi ángeles”?

–No, nada que ver, es muy distinto a lo que soy. Aunque reconozco que me sale fácil hacerlo. Quienes no me conocen dicen que aparento ser mala, y eso es porque pongo una barrera. Soy la persona más sensible del mundo, y también con mucha garra. Fijate qué contrasentido, mi personaje tiene esa cosa de insoportable con los chicos, y no hay nada que me guste más que los chicos. ¡Si siempre soñé con ser una mamá joven y llena de hijos!

–¿Con o sin Benjamín?

–No sé, eso lo dirá el destino.